El restaurante manejado por la familia está bajo el mando de Alberto Blanco. El empresario que nació en Guatemala estudió artes culinarias durante 20 años en Europa y Estados Unidos - donde trabajó en restaurantes de primer nombre en el Medio Oeste. Karla, la hermana de Alberto, es la gerente del restaurante. Juntos, saludan a los invitados y les preguntan sobre sus restricciones de alimentación, inclinaciones y gustos para garantizar una experiencia culinaria deliciosa.
El rótulo con la marca de la libélula de Angeline cuelga en el exterior, al lado de las flores que se enredan en los herrajes decorativos de las ventanas coloniales. Al entrar, primero encuentra un patio abierto con una pequeña fuente. El área de comedor al aire libre es el centro del restaurante con mesas de hierro bajo el cielo abierto. La vegetación crea un sentido de privacidad en las mesas del corredor. El espacio central a menudo da la bienvenida a un músico que toca durante la cena. Dos áreas más formales se encuentran cerca del patio. Conectados por una puerta con un arco alto y redondeado, ambos lugares tienen grandes ventanales con vistas a la calle. El espacio más contemporáneo tiene paredes de color rojo, bastidores con botellas de vino y una puerta con un travesaño de madera decorativa. El otro espacio tiene un ambiente con colores más iluminados con paredes verdes, mesas que hacen juego con el color y un piano retro al centro.
En el lado opuesto del patio se encuentra el bar. El amplio espacio con luz natural tiene capacidad para media docena de personas que quieran disfrutar el bar con vista al jardín. Los gabinetes con estilo antiguo tienen licor, vino y copas. Al igual que con las otras áreas, las paredes tienen lámparas de metal tallado con la libélula de Angeline.
El servicio de mesas puede ser un espectáculo, con varios meseros haciendo el trabajo en conjunto. Los empleados que han probado todos los platos y el vino pueden dar consejos según su experiencia personal. El sommelier ha estudiado el principio de combinar y el método de catar vino para dar una buena perspectiva del mismo.
Con un enfoque en los ingredientes locales, las comidas se preparan "al minuto," sin el uso de sopas, salsas o cremas precocinadas. Los caldos, la pasta y el pan se hacen a partir de cero. Ellos compran sus proteínas todos los días de un mercado local y no dependen de los congeladores para mantener la frescura. Su propio jardín de hierbas proporciona gran parte de sus condimentos.
El menú a la carta cambia, pero debe probar la sopa de frijoles negros, aguacate, queso fresco, chipilín, longaniza antigüeña, y tortilla. Otra buena manera de comenzar la comida es con un carpaccio de dorado con limón, micro retoños, semilla de cilantro, y especie tajín. Antes de su plato fuerte, hay opciones de ravioli con lengua de res, setas shiitake y pulpo rociado con sabores marroquíes. Para el plato principal, se sirven platos de chuletas de cordero con puré de vegetales, filete de pescado fresco, o lomito de res con puré de papa y garbanzo. También se ofrece una degustación con 9 platillos diferentes.
Con uno de los más extensos menús de vino en la ciudad, tienen selecciones de todo el mundo. El menú de cócteles tiene bebidas con vermouth hechas en el restaurante. También hay una selección de cervezas internacionales, con una inclinación hacia las cervezas belgas y opciones centroamericanas. Para el postre, no se puede equivocar con el soufflé de chocolate con helado, o el budín, un dulce local que es la mezcla de pudín de pan con crema pastelera.